A los cátaros se les llamaba originalmente “Bonshomens”. Su enseñanza daba testimonio del significado de su nombre. Decian: Hay que glorificar al Dios bondadoso, entonces el hombre también se hará más bondadoso. La base de la enseñanza cátara señala el Reino Divino como el Origen inmaculado del alma humana, recuperando esta memoria recuperamos nuestras cualidades como hijos de la intachable Divinidad.
Hoy los mecanismos mezclados del bien y el mal están tan impregnados que se han vuelto automáticos e inconscientes. El catarismo propone un nuevo camino, la multiplicación de la bondad como nuevo paradigma para la nueva humanidad.
Cuan importante es hoy en día la enseñanza cátara. La salvación del mundo no está en los símbolos míticos, ni en iconos, ni procesiones rituales. Tampoco esta en la tolerancia y aceptación del mal como forma evolutiva. La salvación de la humanidad está en la Bonhomización.
La humanidad necesita un cambio cualitativo, y este pasa por subir a otro escalon, el del rechazo del mal. Es imprescindible pasar por este escalon para que se realice el cambio profundo fructífero que proporcione al alma una alegría inigualable a ninguna otra cosa antes experimentada. Cuando este cambio se da, el misterio de una las principales leyes del univérsum se cumple, y la persona y todo su alrededor comienza a desarrollar una forma de vida en absoluta consonancia con los estatutos que rigen los modos de convivencia pacifista y conciliar.
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