15 Perlas del Catarismo
Mensaje de los padres y las madres cataras
“Estos últimos 700 años son el pasional por el cual se ha derramado la última gota del Teohombre en el Grial desbordante”
Estos 700 años han pasado como un derrame de la última gota en el Grial desbordante de nuestro Altísimo. Con esta gota, es con lo que es determinada la altura espiritual del habitante de la tierra. Los ciclos reencarnacionales han enriquecido los compuestos de la última gota, trayendo a la tierra la fragancia de los Aposentos Nupciales de El Elión.
Vinimos para abolir al príncipe de este mundo
La buena nueva que llevamos a la humanidad: el hombre no fue ‘modelado’, ‘creado’, ‘inventado’ o ‘formado’, sino que es nacido del Altísimo en un acto de infinito y superante amor desde Su última gota, transubstanciado en mirró. El alma que viene a la tierra tiene un Padre celestial eterno y por eso su destino es convertirse en un teohombre puro y luminoso.
Desde la divina perspectiva cátara, el hombre tiene su origen en el cielo, y no en la tierra. Se encuentra en la tierra igual que en los cielos, sin violar la ley del univérsum y regresa a los cielos como un triunfador coronado.
El Santo Grial es el receptáculo de humanización de las divinidades y de la divinización del hombre
1) El hombre nace del pleroma (plenitud) de nuestro Padre. En el acto del derrame de la última gota, superándose a Sí mismo, la Divinidad origina al hombre, se hace hombre. El hombre, derramando la última gota,superándose asímismo,se diviniza. Las dos últimas gotas las recibe el receptáculo de humanización de las divinidades y de la divinización del hombre, el Santo Grial.
2) El nacido de la plenitud del Altísimo, el hombre, permanece en la tierra como en los cielos, con la mayor parte de sus cuerpos inmortales y la composición de las estructuras improfanables.
3) Regresa a la casa del Padre siendo un coronado vencedor del príncipe de este mundo.
El catarismo enseña una manera completamente nueva de ver al hombre. El hombre es de tal magnitud que es digno de ser encarnado en la tierra, soportar su cruz y librar la batalla contra Satanás. Es digno porque el Padre está seguro de él. Está seguro de él porque le inculcó unas bases eviternas y Él sabe: la divinidad es indestructible y la gracia es inagotable.
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LAS 15 PERLAS DE CATARISMO
I. Nuestro Padre
Padre del amor inmaculado es Su nuevo nombre. La solar Divinidad de las divinidades (de los semejantes a Dios, los seres perfectos), Él no es partícipe de la muerte, del mal, del juicio, de la tentación y de seducciones –de todo lo que crea nuestro eterno enemigo Elohím y lo que los inquisidores tardíamente intentan atribuir a Cristo.
Por mucho que el diablo intente cubrir el cielo, nuestro Padre, que habita en los cielos solares, en celestes mundos esenciales, se revela incondicionalmente.
II. Madre y Señora Nuestra la Sagrada Minné
La Señora abrasadora, Minné, es la hipóstasis maternal de nuestro Padre. Nuestro Padre adorable es la hipóstasis paternal de Minné. Son una sola cosa unida en el matrimonio eviterno. Madre Divina se nos reveló en la perspectiva neo-atlántica de la civilización 85 “Ave María”. A los serafitas les ha sido revelada Minné en el univérsum, Minné en los castillos internos del hombre. Igual que el Padre, contemplado Minné, derramó Su última gota, el ombre contempla Minné derramando su última gota en su más alta experiencia premortal, en sus últimos gemidos premortales.
III. El teohombre solar, el teoántropos, el serafita
Tenemos la evidencia de que el hombre no existe separado de la Divinidad. El dividir al hombre de la Divinidad provoca distancia, levante entre ellos óbices insuperables, y como consecuencia de todo eso aparece la idolatría.
La divinidad habita en el hombre a través de las partículas divinas introducidas en el momento del nacimiento.
El hombre nace del Altísimo y se queda en una unión incondicional con Él incluso después de bajar a la tierra.Esta unidad no es algo externo (como si fuera una cohesión de los dos), sino algo profundo e interno a través de las partículas divinas introducidas en el momento del nacimiento. La divinidad habita en el hombre.
Las imágenes bíblicas de Adán y Eva profanan el arquetipo del hombre. El catarismo por el contrario habla de una síntesis milagrosa e inseparable –el teohombre solar, el teoántropor, el serafita.
El sagrado objetivo de la encarnación: es entrar en el amor, al que no se puede alcanzar en los cielos.
El teohombre es enviado al mundo de parte de la Divinidad con un objetivo sagrado. El hombre baja del cielo para entrar en el amor, al que ya no se puede alcanzar en los cielos. Regresa al cielo para alcanzar un amor superior al que habían alcanzado estando en la tierra.
El Padre adora hasta tal punto que quiere acercarnos más y más a Sí mismo, para lo cual… suelta. El desierto del abandono terrestre es el lenguaje misterioso del juego de amor. Cuanta más luz –más oscuridad que alumbrar. La oscuridad no puede vencer la luz, y la luz alumbra la oscuridad.
El Padre deja al hombre en el desierto para que luche contra el príncipe de este mundo y alcanzar la victoria sobre él con el poder del amor.
Unas 75-85 de las 100 partículas divinas permanecen en las esferas celestiales
Desde el punto de vista del aspecto teoantropológico, el hombre baja a la tierra no menos de una cuarta parte de su estructura. Unas 75-85 de las 100 partículas divinas se quedan en las esferas celestiales. Y el hombre está ligado no sólo al Padre y al prójimo. Ante todo, por su eviterna y auténtica identificación, él está ligado a sí mismo superior, al que permanece en los cielos: con sus propias estructuras inmortales, con sus cuerpos celestiales.
En los cielos se custodian su núcleo reencarnacional, la memoria reencarnacional y el divino univérsum en miles de arquetipos.
IV. Teogamia, el matrimonio con la Divinidad
El objetivo de la reencarnación del alma en la tierra, del teohombre, del serafita, es aumentar su tesoro interno y estrechar aún más los lazos nupciales teogámicos con la Divinidad.
Las 3 trampas de Elohím
En este camino habrá que superar las 3 trampas:
1. Los programas que tienen algo que ver con la encarnación en el cuerpo físico: la lujuria, la avaricia, los miedos, el placer, etc., que son las quimeras terrestres.
2. La institución de la iglesia, contratada por el príncipe de este mundo. El hombre hace el intento de superar la soledad, el miedo y la desesperación con la ayuda de la iglesia, pero ese encuentra con una nueva telaraña de dogmas y ritos que le lleva a un desengaño profundo. Cualquier religión con el tiempo degenera hasta volverse una institución y se convierte en una trampa de araña.
3. La trampa del más allá. La expansión de la telaraña, de la iglesia institucional al tártaro astral (el Sheol hebreo, las torturas ortodoxas o el católico limbo). En esta tercera telaraña las almas se asfixian durante milenios, entregando sus últimas fuerzas al príncipe de este mundo.
La perspectiva cátara de la divinización a través de lo pasional
En contra de las tres trampas de Elohím, la ecclesia cátara ofrece una maravillosa perspectiva de la divinización a través de lo pasional, lo que es, en realidad, la experiencia del lecho Nupcial. La Divinidad reina en el hombre a pesar de todo. Y cuanto más ama, más sufrimiento le hace pasar. En lo pasional se elaboran los óleos mírricos de adhesión, que se ligan aún más a Dios y al hombre –que es la teogamia.
V. El divino potencial
El remodelado de adaptación
Al hombre que viene a este mundo, Lucifer le propone pasar el remodelado de adaptación.
“Esta es mi tierra, -dice él-. Para realizar tu programa tienes que adaptarte a sus leyes y a la tierra”.
El consentimiento para estos ‘cambios’ sella de manera fatal lo divino en el hombre. El remodelado fatal hace a su víctima ser sometida a los programas fatales cósmicos, prisionera de la cuarta dimensión (la esfera de Lucifer).
El segundo remodelado adaptacional es la anulación de la unión del hombre y la Divinidad. Ya no existe el TEOántropos. Queda un simple ántropos, el hombre como tal, separado de la Divinidad.
‘¡Al virrey no lo toméis por el Padre!’
Jehová, Elohím, ‘Señor Dios’ –la fórmula figura ya en el 3r. capítulo del Génesis. Elohím por lo tanto se autoproclama dueño del mundo. Un error! No es patrón, ni señor, sino apenas un favorito.
La catástrofe del remodelado adaptacional: se olvidan del patrón verdadero y devocionan al maligno administrador.
“La tierra pertenece a Nuestro Altísimo, no lo olvidéis!” –sin cansancio decían los cátaros –“Al virrey no lo toméis por el Padre
La restauración del icono
Lucifer adormece el alma, en sus operaciones etéreas insertando en ella las partículas de la usurpación, de la lujuria y del mammón –de los tres inicios de Elohím en contra de los inicios inmortales de El Elión.
Pero la ecclesia cátara sabe: el remodelado de adaptación no tocó los inicios de lo profundo del hombre. No más de 15 entre sus 100 componentes inmortales descienden a la tierra. Más el maligno pudo hacer daño a no más que a cinco de estos 15. Y eso es completamente restituible.
La imagen del hombre después de su segundo remodelado de adaptación tiene que pasar la R E habilitación, la R E stauración. Ser restablecido por el Espíritu Santo.
144 reinos del Padre del puro amor, a cuál más hermoso
El catarismo predica sobre los 144 tesoros interiores y sobre los 12 cuerpos inmortales del hombre (coinciden con los 144 espectros solares del Santo Grial).
Por los tanto, se rechaza el potencial satánico (el luciferismo cósmico aspira a desvelarlo) y descubre (a través de lo pasional) el potencial d i v i n o del hombre.
VI. Santo Grial
El blanqueo del hueso de madreperla
La tesorería del univérsum cátaro proclama: el hombre fue creado en el Cáliz. Como no hay nada además del amor y no hay nadie además de Nuestro Padre y Nuestra Madre, también no hay nada además del Cáliz. Todo lo demás –el templo, la cruz, lo pasional- sirve al Cáliz.
El Cáliz nunca existe con un solo compuesto, él transcurre y se multiplica continuamente. La Sangre de Cristo (un millón de últimas gotas) fue recogida en el Cáliz, en las manos de José de Arimatea. Luego, el Santo Grial se enriquece con la gota de respuesta de la Madre Celestial (el Banquete nupcial en la Montaña del Ruiseñor) y con 200 millones de gotas de respuesta de los mártires del Gólgota Cátaro-Solovkiano.
La última gota excepcional
En el Cáliz se derrama la última gota, el extracto más precioso en el hombre. Siendo envenenado por el remodelado de adaptación, el hombre, de una manera milagrosa, emana en el tesoro del Grial la última gota, la ambrosía del compuesto divino. En su gemido mortal irradia la plenitud del amor, el cual no puede ser hallado en la tierra.
El saborear el polen blanco, de los compuestos relicarios
En la Iglesia del Cáliz no hay liturgias y misas, sino el banquete místico alrededor de la Mesa Redonda. El Grial se guarda en el santo estar, manifestándose en los banquetes místicos de la Gran Iglesia del amor. alimenta los cuerpos inmortales y concede las beatitudes más altas. Es el mismo “maná recóndito” del alimentarse directamente de la Divinidad.
VII. Catarsis
La catarsis (purificación) es un término místico antiguo. Su origen es universal y sale desde las escuelas esotéricas de Atlántida. La catarsis cátara es una purificación total, preferencia absoluta de la divina pureza, escalones del puro (cátaro) y del perfecto en la pureza (les parfaits).
La catarsis presupone los esfuerzos heroicos
En su estado deteriorado, dañado por el segundo remodelado adaptacional, el hombre se encuentra en las redes del diablo. Está enfermo y condenado. Le esperan los desastres.
Para la divinización es necesaria una catarsis total, la pureza perfecta. La catarsis presupone esfuerzos heroicos para superar los programas fatales, ser capaz de desafiar la potencia del diablo, mano a mano, con la fuerza de Nuestro Altísimo.
Los componentes de la catarsis cátara:
1. Introspección (de ‘intro’ –interior y ‘spectro’-contemplar). Entrada en los castillos interiores, mirada hacia el propio interior.
2. Lo pasional. Sufrimiento purificador.
3. Oración de la unión (a diferencia de la oración “a distancia”).
4. Fervor ascético (anhelo por lo austero). Ablución en las fuentes santas, paclones
(postraciones).
5. Alimentación pura. Ayuno como aspecto de la purificación.
6. Amor hacia el prójimo, amor que se multiplica.
7. Univérsum, los estatutos de la Sabiduría, que se instalan en los cuerpos inmortales y los arquetipos.
El camino para transfigurar el ser interior
La catarsis excluye los casos de confesarse delante del “Dios Terrible Castigador”. La praxis de la purificación está fundada en la vida en comunidad (grádula) bajo la guía de los ancianos perfectos, profetas e instructores que nos revelan el camino hacia la transfiguración del ser interior. Pasando la catarsis bajo la guía de los perfectos, nos transfiguramos y regresamos puros al seno de Nuestro Padre.
VIII. Univérsum y arquetipo
El univérsum como la entrada por los senderos de la Sabiduría
El univérsum es la manifestación de la Sofía Sabiduría del Altísimo. El arquetipo es la manifestación activa del univérsum en el proceso teohumano mundial. tras del arquetipo divino, insertado en el hombre, existen también los arquetipos personales (la manifestación del hombre en la teohumanidad), los arquetipos nacionales, etc.
Existen las categorías arquetípicas universales, tales como la santa bondad (el bonhomismo), la virginidad eterna, la obediencia cerca de los ancianos perfectos, la perfección continua, el voto del trabajar incesantemente para formarse.
La paz que se halla en los estatutos del univérsum
En contra de las opiniones privadas, miedos, contradicciones, cismas (todo lo que Lucifer siembra) –hay la paz que se halla en los estatutos del univérsum. Entrando por sus puertas, el hombre halla la paz y gran multitud de amigos, por lo tanto, que los estatutos del univérsum no exigen leyes o doctrinas juridiciales.
Las categorías del univérsum son:
1. El hombre es predestinado a la divinización.
2. Existe sólo un poder, el del amor de la Sagrada Minné.
3. La Divinidad irrevocablemente diviniza (efectúa lo divino suyo) en la persona, aunque sea un
caso de máximo abandono.
4. Lo pasional (el sufrimiento lleva a la beatitud). Cada alma es invitada al sufrimiento, sin
perder conexión con la Sagrada Minné.
5. La batalla: no existe alma que no tenga su combate con el príncipe de este mundo. Los
espirituales entran con él en una lucha mortal.6. La última gota. Multitud de almas justas (aún si no han alcanzado la perfección) derraman la última gota en su experiencia en la hora de la muerte.
7. El Cáliz del univérsum.
8. La Cruz que se determina desde lo alto.
9. Cristo y Madre Divina en el univérsum
10. La Gran Iglesia del amor. En la perspectiva de la reencarnación, nos auna a los padres y
madres justos, a los hermanos mayores y menores de todas las épocas y culturas
IX. Consolaméntum
Consolaméntum (Latino: consuelo) se comprende en el catarismo de dos maneras diferentes:
La acumulación del Espíritu Clarosanto
1. El misterio de la acumulación del Espíritu Clarosanto. El desvelo de la Divinidad en los 144 castillos interiores que dura toda la vida. El restablecimiento después del modelado del príncipe de este mundo, el rechazo de los pactos con el diablo. La rehabilitación y el regreso en el seno del Padre.
Abertura del túnel luminoso póstumo para el alma
2. El túnel luminoso que nos vuelve a las esferas de Nuestro Padre (al contrario que la ‘tercera trampa’, que nos aleja).
Las almas desean regresar al universo de Nuestro Padre ‘Amma María’. El túnel luminoso para ellas lo tienen que abrir aquellos quienes conocen los misterios del cielo, de la tierra y del hombre.
X. Bonhomismo, la santa bondad
La santidad está vinculada al aumento del potencial de la divinísima bondad
La santidad no consiste en las hazañas ascéticas o en la imitación a cualquier imagen libresca, sino en el aumento del potencial de la bondad (la bondad divinísima).
La medida para el potencial divino es la multiplicación de la bondad. El bonhomismo presupone el moldeo del hombre nuevo, a imagen del Padre buenísimo de los buenos, dela Madre buenísima de las buenas, del Cristo buenísimo de los buenos, de la iglesia buenísima de las buenas.
En la naturaleza del teohombre está la primacía de la inmaculadez
El pecado original es propio al demiurgo, pero en la naturaleza del teohombre está la primací a de la inmaculadez.
Al ser engendrado del Padre puro, es inmaculado primordial e incondicionalmente. Y cuando la persona se libera de las quimeras, miedos, pensamientos, sobre él resplandece la bondad original y auténtica de Nuestro Padre.
Para eso es necesario cambiar el compuesto, al pasar la experiencia de metanoia2 y dar los votos de realizar la catarsis hasta el último minuto, siendo bajo la obediencia y respetando los estatutos espirituales del univérsum.
XI. Cristo auténtico y parútico
El Cristo auténtico no es de origen del diosecillo judaico, sino del Padre del puro amor, proveniente de Partia. Es la comunicación con el Cristo parútico, con el del Segundo advenimiento que nunca se aparta.
XII. La Madre Divina cátara
Cristo y María descendieron al mundo, pasando por encima del remodelado de adaptación. Madre Divina es el seno del Espíritu Clarosanto que engendra desde lo alto.
Madre Divina para los cátaros fue un ejemplo perfecto. Ahora nuestra devoción a la Reina celestial se multiplica. En la perspectiva de reencarnación Ella ya se revela como Sofía Sagrada Minné, como el Seno engendrador, como la Teoengendradora –Madre que engendra la divinidad en el hombre, que hace la Divinidad hombre y diviniza a la humanidad.
XIII. El Espíritu Santo Divinizador
La hipóstasis del Espíritu Santo, la cual fue desconocida por el cristianismo tradicional: el Divinizador.
Al pasar 700 años, el Consolaméntum cátaro se sustituye por el Divinaméntum; el misterio del consuelo se reemplaza por el misterio de la divinización.
La teósis (divinización) es una perspectiva diferente, un nuevo nivel. El hombre deteriorado y profanado, que está alejado como nunca de la Divinidad, hoy se diviniza en un instante como jamás antes. Como nunca es revelada la Sagrada Minné, el amor de Nuestro Altísimo. En eso está la paradoja de los últimos tiempos.
XIV. La perspectiva de reencarnación
En la versión farisaica del cristianismo, la reencarnación es rechazada. Tibet la comprende como a la metempsicosis (transmigración de las almas). La imagen aristocrática cátara de la reencarnación como de una posibilidad de las encarnaciones repetidas presupone un camino que solamente está ascendiendo.
El catarismo rechaza la transmigración en las formas inferiores (con rara excepción, cuando los fariseos en su tercera trampa se convierten en los demonios-torturadores) y enseña sobre las encarnaciones ungidas, principalmente nobles. El alma no puede tenerse en los cielos hasta que las otras almas dejen de sufrir. Anhela multiplicar la experiencia de su pasional y traer consigo al menos unas “compañeras de viaje”, liberar unas almas de la esclavitud de Satanás. Ella sabe absolutamente que el Padre no la va a abandonar.
La perspectiva de reencarnación hace al hombre valiente. Esto es, en realidad, la misma vida eterna, pero sin los marcos adormecedores y rutinarios de la ‘eternidad’. El atrevido permanece en una dinámica incesante, ascendente y descendiente, hasta que no sea liberado todo su potencial divino y hasta que la última alma no se libere de las redes de Lucifer.
Tres categorías de la perspectiva reencarnacional
En su sentido común, la perspectiva reencarnacional incluye las categorías siguientes:
1) la pantalla reencarnacional: lectura y visión de lo que ocurre en la perspectiva reencarnacional. La comprensión de que los lugares que visitas y la gente que encuentras, una vez fueron vistos y visitados por ti.
2) la memoria reencarnacional.
3) la consciencia reencarnacional, es decir, la espiritualidad congénita.
XV. La explosión reencarnacional
Esto es la cumbre milagrosa de la vida, la cual suma lo adquirido en todas las encarnaciones pasadas. En el núcleo celeste reencarnacional (los cátaros lo llaman ‘plexo solar’) contiene todo lo hermoso que el hombre ha adquirido en su experiencia antepasada. Y cuando llega la explosión, el alma en un instante se diviniza, alcanzando las alturas de la santidad.
Tres pilares del univérsum cátaro
Los inmortales explican que la novedad absoluta del apostolado cátaro conduce hacia la transfiguración del hombre y los tres pilares formadores:
-teohumanidad,
-teocivilización (la solar Teocivilización III 85)
-teomatrimonio con el Padre del puro amor, Sagrada Teogamia.
Bienaventurado es quien entrará por estas lejanías luminosas. Paz a vosotros de Nuestro Altísimo.
Los padres y las madres cátaros del Congreso “Catarismo XXI”
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