El primer deber de los habitantes de la Tierra es aceptar a la Reina de los panteones terrenales
La edad de oro comienza con la preparación… del Verbo. ¡después del Verbo precautorio sobre las calamidades y la llegada de un nuevo eón, se derramarán los rayos interminables de Minné! La Reina llama a la humanidad a realizar profundos cambios fundamentales interiores. pero el primer deber de los habitantes de la tierra, si quieren salvarse, y no perderse, es aceptarla a ella, la Reina de dos mil panteones terrenales, la Madre del cielo y de la tierra, la Madre de los dioses y de los humanos; adorarla en la hipóstasis de Alma Máter Dei et Humani. Y con alegría aceptar los rayos del sol que salen de su hipóstasis coronadora, de la diadema solar en su frente.
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