¿Por qué esta humanidad está cayendo y cayendo estrepitosamente? ¿Por qué día tras día todo parece empeorar: la economía, las relaciones humanas e interestatales, los conflictos bélicos por fronteras dibujadas en la pantalla de un ordenador, la tensión ante la constante amenaza nuclear, la multiplicación de enfermedades, epidemias, inundaciones, terremotos, pantanos secándose, especies de los más hermosos animales desapareciendo… Destrucción. Muerte. ¿Por qué? ¿Qué está ocurriendo?
Hace unos días mantuve una conversación telefónica con una persona que me contaba feliz cómo se había enamorado y cuánto lo estaba de un hombre que vive en Barcelona. Ella es de Madrid. Lo ama locamente, y él también a ella. Pero a la vez dice que no puede soportar la distancia y que ha tomado una decisión: lo mejor es separarse, abandonarlo. ¿Cómo? ¿No puedes sufrir ni un poquito? ¿No puedes soportar una “prueba de novia”, no puedes aguantar por amor? Todo podría cambiar en dos meses, o en un año, pero no… Tan pequeño sufrimiento se le antoja insoportable. No puede coger la cruz. Mejor abandonar a su amado. Pero… ¡¿Cuánto va a sufrir él?!¡¿Cómo vas a darle un golpe así?! ¡Vas a romper su corazón! No importa. “La vida son tres días”.
Dos personas que se aman son capaces de abandonarse porque “la vida es una y hay que vivirla”. Este lema está destruyendo al mundo. Es su lema letal. Es una trampa fatal.
Imaginad que una madre al escuchar la peor de las noticias sobre su hijo: “su hijito adorado tiene cáncer”, respondiera: “Oh. No voy a poder aguantar, no podré, será demasiado sufrimiento, mejor lo llevo a un orfanato, allí lo cuidarán”. “Yo no puedo”. Es casi inimaginable, ¿verdad? Generalmente una madre, por el inmenso amor que siente hacia su hijito, lo cuidará, lo llevará a los mejores médicos, le dará medicinas, lo alimentará con la mejor dieta… Cogerá la cruz, y salvará a su hijo.
Este ejemplo de la madre parece descabellado, pero ¿acaso pensáis que no va a ocurrir esto en un futuro cercano? ¿Acaso pensáis que esto es una fantasía? No lo es. Ya ocurre. Gente que abandona a sus perros en las carreteras, novias que abandonan a sus novios hermosos, padres de familia que abandonan a sus hijos y se marchan a “vivir la vida”, hijos que abandonan a sus ancianos en residencias…, ¿os lo podéis imaginar? A sus propios padres, que les dieron la vida y consagraron cada minuto de su existencia a ellos. Pero… “La vida es solo una y hay que disfrutarla”. No se coge la cruz: la del amor.
El sufrimiento da miedo, se huye de él, ya nadie quiere sufrir y entonces ya nadie puede amar.
¿Qué es lo que más une? ¿Qué es lo que más fuertemente puede unir a dos almas, a dos pueblos, a un ser humano y a un animal? El sufrimiento. Es paradójico, pero es así. Pensemos sobre ello. Imaginad a un pajarito en medio de la calle, tiene un ala rota. Tú pasas por su lado, lo ves y algo en tu interior se prende, un fuego, una pequeña velita arde en lo interior: quieres ayudarlo, llevártelo a casa y curarlo, en ti nace la misericordia. Una persona a la que amas está muy enferma, está en el hospital con una enfermedad terminal, tú quieres que viva, le perdonas todos los errores, todo lo malo que un día pudo hacerte, lo amas cien veces más, estás más cerca de él de lo que nunca has estado. El sufrimiento une. El placer separa.
¿El placer separa? ¿Cómo? Dirán algunos. ¡El placer es bueno, el placer da placer, es bueno! No, no lo es. Es nocivo, es una imagen falsa, una absoluta quimera.
Justo es así: la vida consagrada en el placer prohíbe el sufrimiento que une.
Cuando uno quiere: cine, ocio, entretenimiento, yoga, sexo, restaurantes, vodka, viajes, consumo, pornografía… Placer, placer, placer… Se está encerrando en la propia cárcel del EGOÍSMO. Es el ejemplo de la mujer que deja a su amado porque mejor que sufrir la distancia es divertirse con un novio cercano, sea quien sea, no es importante. O el ejemplo de la mujer que abandona a su hijo con cáncer o de los hijos que abandonan a sus padres, porque mejor que ayudarlos y sufrir junto a ellos es: ir al cine, salir con amigas, beber champán y viajar a París… y vivir la vida… Porque: la vida es solo una, y hay que vivirla. Pero… ¡alguien está muriendo a tu lado!… ¡el novio al que abandonas llorará cada día con el corazón roto! No importa. La vida son tres días.
Escuché una historia real. Era un macroconcierto de rock. Veinte mil asistentes. Veinte mil alcoholizados, más de la mitad drogados: cocaína, hachís, éxtasis, sexo… En uno de los pasillos por donde pasan ríos de gente de un escenario a otro, cae un hombre. Se queda tendido boca abajo en el suelo. Nadie para. Un borracho más, piensan. Pero y si no es así, y si está muriendo, y si está sufriendo un infarto al corazón. ¡Está en el suelo, por favor que alguien acuda, necesita ayuda! Nadie para. Cientos de personas pasan a menos de un metro del cuerpo, pero nadie para. Al día siguiente los periódicos dan la noticia de que ha habido un muerto en el macroconcierto. Quizás fuera él. Pero veinte mil personas estaban disfrutando, viviendo la vida que solo es una.
El placer separa, la consagración al divertimento separa. El sufrimiento y la capacidad de ver el sufrimiento en el prójimo une. Los videojuegos, la tecnología, la industria de la estética, la gran maquinaria de Hollywood, los movimientos espirituales que solo buscan la felicidad de uno mismo, del “yo soy, yo valgo, yo merezco, yo me empodero, yo soy dios…”, etc., están destruyendo a la humanidad. El placer está consagrando a la humanidad en la cruz de la muerte: EL EGOÍSMO, y arrebatándole la cruz de la vida: la MISERICORDIA.
Un yogui que está meditando puede estar en posición de loto, repitiendo el mantra vacío: “love, peace, love, peace, love, peace…”. Muy cerca, en la calle, alguien se congela de frío. Pero él sigue: “love, peace, love, peace…”…, sin permitir que nada perturbe la calma a la que dedica tanto esfuerzo. “Disculpe señor, abajo alguien se está muriendo. Oiga, señor, escuche, alguien se está congelando”. Una de las respuestas probables que podría dar este yogui sería: “es su Karma”. (Y tendría toda una justificación esotérico-filosófica para no moverse ni un milímetro de su posición de loto, porque él lo merece, porque él se está empoderando, porque él ya es Dios). He llegado a oír a un new ager sobre la violación de un niño: su alma lo quería para aliviar su karma. ¡Cuánto desprecio, cuánta maldad! ¿Acaso no es esto la justificación de una aberración, acaso no es esto la bendición del mal?
O el famoso, manido y absurdo “todo está bien”. Pregunté a una persona que trabaja con niños si sabía lo que estaba sucediendo con las niñas en Tailandia y qué le parecía. Solo contestó: “todo está bien”… Disculpa, podrías contestarme: “¿qué está bien?”.
¿A dónde estamos yendo? A la destrucción de la humanidad.
Niños desaparecidos, violados, explotados, niños soldados, niños ahogados en el fondo del océano. Mujeres esclavas sexuales, prostitutas a punta de pistola. Matanza de jóvenes reclutados para la guerra, los mejores chicos, los más valientes, los más buenos… Pero nosotros seguimos: “love, peace, love, peace, love, peace…”.
Todos llegaremos un día ante las puertas de la muerte, y la voz de nuestra conciencia retumbará en nuestro interior mostrando la verdad última sobre nosotros mismos. Ante nosotros estará la Madre Divina, nuestra Madre, aquella que una vez dio a luz a nuestra alma con un amor purísimo. Tu madre, mi madre. Y ella, con su misericordia infinita nos preguntará: “Hijito amado, cuánto tiempo te he estado esperado, dime, cuéntame, qué hiciste en la Tierra, muéstrame tu corazón, qué se ha cultivado allá dentro”. Ante nosotros aparecerá una balanza. En un plato estará nuestra cruz, el amor acumulado, los frutos eternos. En el otro, las horas y horas y horas dedicadas al bienestar, al confort, al placer. El plato de la cruz no pesará más que una pluma de ave. El plato del placer será mayor que el peso de una montaña. Entonces diremos: “Perdóname, Madre, perdóname, Reina Celeste. Yo no quería, yo no lo sabía, perdóname”.
Ojalá Ella atienda nuestra súplica.
Muchas gracias! Este artículo me ha tocado mucho. Aunque los ejemplos son ilutrativos, me he sentido identificada con todos y me he preguntado cuántas veces por no entrar en mi sufriemiento que mirado para otro lado. Y lo peor… cuántas veces lo hago y ni si quiera me estoy dando cuenta.
Creo que hacen falta muchas personas como vosotros, que toquen los corazones de la gente para recordarles que todavía están ahí.
Muy cierto que es. Pues el hombre de ahora, solo busca su bienestar e ignora el sufrimiento que pude casar a su prójimo. Yo me amaba a mi, no veía el sufrimiento que causaba en mi prójimo por mi bienestar y aún así me faltaba algo y era que no era Feliz. Y hoy ya soy Feliz porque puedo sentir el sufrimiento de mi prójimo y coger en mi corazon y por el amor que le doy y la unión que sentimos y el también está Feliz.
Muchas gracias, muy buen artículo.
Es para meditar y reflexionar varias sobre todo lo que dice… da una muy profunda comprensión.
Me ha impresionado mucho, es muy diferente a lo que se lee habitualmente en las redes, de verdad me ha tocado el corazón muy profundamente, pues la humanidad parece que cada vez más se olvida de los demás. Pero el artículo me ha suscitado una pregunta: ¿los cátaros entonces rechazan el placer, lo ven como algo malo, no pueden sentir ningún placer?
Agradezco la respuesta y muchísimo el artículo, me ha hecho mucho que pensar.
Estimada Elena, gracias por tu comentario.
Tu pregunta es muy buena. Los cátaros diferencian entre placer terrenal y el que nace del corazón: la verdadera alegría. El placer suele ser transitorio y está muy relacionado con las pasiones y satisfacción corporal: comida, ocio, fiestas, amigos, alcohol, música pop, rock… Incluso el enamoramiento es transitorio. Son placeres, pero están dentro de la dimensión emocional: ahora siento placer, ahora tristeza, ahora miedo, ahora tensión…
Nosotros hablamos de la dimensión espiritual, y de lo eterno: el amor incondicional (el de una madre a un hijo, el de dos hermanos, el de dos amigos inseparables…) se asemeja en algo al amor celestial, por no ser transitorio, por ir más allá de las condiciones terrenales.
La alegría de la que hablan los cátaros es dulcísima, mil veces superior a cualquier placer. Es una alegría que se experimenta en el corazón, que rejuvenece, que da la vida, fuerzas… Es la alegría de ayudar a otros, de servir a la humanidad y a los cielos.
Los cátaros son personas felices, alegres… yo no he conocido en ningún sitio a gente tan luminosa y feliz.
El artículo me ha llegado al corazón. Cuántas veces he mirado y sigo mirando para otro lado, no sólo en mi círculo lejano, sino también con los más allegados, con los que convivimos a diario. El egoísmo, la envidia, los miedos… ¡Qué asco! ¿Tenemos que esperar a morirnos para desprendernos de todo esto?
Estimada Sofia no tenemos que esperar a la muerte, ya que ni siquiera ella nos libera de todo el mal que hemos aceptado. La verdadera esperanza, es que el ser humano se puede cambiar por completo en esta vida, y los cataros tenían y tenemos las llaves de como hacernos libres de verdad. Coger la cruz de la vida nos da la autentica libertad.
El amor verdadero solo se puede desarrollar a traves del sacrificio por el otro.
Sin sufrir y coger la cruz no existe verdadera apertura del corazón, solo una gran quimera y soledad.
El verdadero camino es dar la vida por el prójimo.
Hemos llegado a amar tanto a nuestro “yo”, creyéndole ser nosotros mismos y nuestro mejor amigo que todo lo que no le satisface nos parece poco importante o que puede esperar. Pero en este “yo” no vivimos solos, sino usurpados por un sin fin de ideas, pasiones, modelos, etc. que nos alejan de nuestra verdadera identidad y que en esencia ni siquiera nos pertenecen. Sí, en mí hay amor, y también egoismo, entonces puede ser que tenga que buscar la forma de engrandecer al primero y desterrar de mí al segundo, sin disculparlo tan solo porque vive en mí, porque de lo contrario vivo creyendo que guío mi vida como quiero y/o me permiten las circunstancias pero… en realidad todo responde a un programa: el de “el des-amor”. Y este sólo nos lleva a “divide y vencerás” o “sálvese quien pueda”, cosa que no se corresponde con nuestro origen, ni tiene porqué ser nuestro futuro.
Vivimos completamente alienadas y alienados, recluidos en nuestro pequeño mundo mientras todo alrededor se va rompiendo en pedazos; mantenemos nuestra conciencia dormida, mientras ignoramos que si abrimos el corazón nos sentiremos plenos.
También creo que el placer es efímero y que el verdadero Amor está subestimado, pero hemos llegado a creer que debemos movernos por impulsos y cuánto más rápido mejor. Y lo peor: no sólo estamos desconectados de nuestra alma, sino de nuestra propia biología.
La solución es tan fácil, y tan difícil a la vez: se requiere mucho esfuerzo para mostrar el camino del amor y sus resultados, pero es contagioso, y debemos confiar.
Me ha gustado mucho el artículo, ¡Gracias!
Estimada Macarena, es verdad lo que dices, la conciencia está dormida y es urgente despertarla. Hoy en día esto es posible gracias a las llaves celestes que desciende de lo alto. En una revelación, Guan Min (uno de los nombres de la Madre Divina) dijo que si la invocáramos, Ella podría con su cetro del despertar, con un solo toque, ¡despertarnos!
El mundo, verdaderamente, no puede despertarse solo, necesita de una fuerza celestial, y hoy día es más fácil que nunca a través de la Madre Diosa, como por ejemplo, con su nombre Guan Min.
Es muy profundo lo que dices Macarena, si quieres más información puedes contactar con nosotros a través de nuestros emails.
Te agradecemos mucho tu hermoso comentario.
Oh! Que alegria siento al percibir tanto amor es un concimiento maravilloso siento que me sana desde el crazon un millon de gracias!!
Oh! Que alegria siento al percibir tanto amor es un concimiento maravilloso siento que me sana desde el crazon un millon de gracias!!