Cada uno de nosotros alguna vez en nuestra vida, nos hemos preguntado si hay algo tras el transito de la muerte, y si lo hay, ¿Cuál será mi destino?.
La doctrina judeocristiana sobre el inframundo traumatiza al alma. Para impedir que el hombre salga fuera de la campana cósmica y tenerlo bajo un miedo servil, Elohím inventó la monoencarnación y la escatología del juicio final. Y tras el juicio inminente, la condena perpetua, aún más aterradora.La idea del juicio final es la proyección de Elohím. Él mismo tiene un miedo tremendo por todo lo que ha hecho, ya que tendrá que responder por cada alma que destruyó.
Al contrario que las escatologías religiosas desde el catarismo se contempla la intervención de la Buena Providencia de Sofia Proponia. Los destinos de las almas, a pesar de sus caídas, siempre están bajo su mirada, guía y ayuda misericordiosa y con el propósito de que el alma recupere lo perdido.
Un punto muy importante en el luminoso mundo de la escatología cátara es que los ancianos cátaros sostienen que en el camino del inframundo se celebra EL JUICIO DE LA CONCIENCIA. No es necesaria una instancia jurídica exterior. Se abre el depósito divino, oculto durante los días terrenales, y empieza a mostrar al hombre: ¿escuchabas bien tu voz interior? ¿Pudiste hacer tu pequeña hazaña? El hombre hojea el libro de su vida y ve que no actuaba correctamente, no escuchaba su interior, huía de la bondad, hacía el mal conscientemente… Tiene remordimientos de conciencia y derrama lágrimas.
El catarismo enseña que el alma es eterna, que hemos venido a la Tierra muchas veces y que tras el tránsito , nos espera un destino que va a estar determinado por una serie de criterios, del cumplimiento o no de estos y en qué medida.
Los criterios que determinan el destino de las alma son dos principales: LA BONDAD (O MALDAD), y LA PUREZA (O IMPUREZA); y dos suplementarios: la apertura del corazón y la conformidad con Arta (los estatutos del Buen Universum).
El amor no se contempla como criterio ya que es un concepto mezclado. Son pocos los que llegan a alcanzar el amor puro.
Las almas en el tránsito pasan una serie de aduanas en las que se “radiografía” y se valoran estos criterios anteriormente mencionados, y el nivel de su cumplimiento. No se tienen en cuenta ni las creencias religiosas., ni los argumentos morales, ni políticos ni sociales. Toda ideología o religiosidad desaparece con la muerte.
Los aduaneros explican con paciencia y benevolencias a las almas que han seguido una religión o enseñanza espiritual, que no es suficiente con esto. Les preguntan ¿cuales han sido sus frutos?, ¿ Se han convertido en cristos o en budas?. Si la pureza o la bondad no están suficientemente manifestadas el camino no ha sido el correcto.
Los cuatro tipos de destinos son: los luminosos, los intermedios, los de sufrimientos y los oscuros.
- Los destinos luminosos
Las almas bondadosas y puras que vivían según los estatutos de Arta, van a estos destinos. Principalmente eran seres que llevaban grandes cruces, perseguidos, calumniados, pero en los mundos eternos les espera el consuelo y la alegría infinitos. Ellos pueden quedarse en estas esferas o volver a la Tierra a ayudar a sus hermanos.
- Destinos intermedios
Si el alma es bondadosa pero no suficientemente pura, o al revés, los “aduaneros” les proponen que pasen por las esferas de la corrección purificadora. Les indican las situaciones en las que en su vida terrenal se habían ocupado en cosas que les habían alejado de lo eterno (apegos terrenales). En este momento las almas se arrepienten y comprenden que no pueden acceder a los mundos luminosos ya que podrían manchar a los puros, y les proponen ir a las esferas de la purificación donde les ayudaran a abrir el corazón espiritual en el camíno de la catarsis.
- Destinos de sufrimientos.
A las almas con predominio del mal e impureza se les muestra los destinos correspondientes: esferas tecnocráticas, “jardines de silicona” y “polígonos nucleares”. Las almas al ver esto se horrorizan, pero también les muestran los destinos luminosos y muchas de estas almas empiezan a justificarse y piden misericordia. Se les da otra oportunidad en las esferas de catarsis donde aceptan pasar pequeños pasionales y sufrimientos purificadores. Pero algunas almas, a pesar de todo, prefieren los destinos oscuros y van a estos mundos terribles.
- Destinos oscuros.
Aquí van las almas que han hecho un pacto indisoluble con el mal. Los brujos que hacían el mal conscientemente. También pueden volver, pero les espera extinguir durante milenios el mal horrible acumulado.
Es consolador saber que somos responsables de nuestro destino y que ahora mismo, podemos empezar a trabajar espiritualmente para cumplir en la mayor mediada posible estos cuatro criterios que nos permita, en el tránsito, tener acceso a los mundos luminosos.
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