La tradición védica hindú (que tiene su origen en Hiperbórea) enseña sobre el ‘día de Brahma’ de millones de años de duración. La Tierra ha experimentado muchos de esos días, denominados por los bogomilos ‘días de Svárog’.
El Día de la Divinidad da paso a la noche, cuando triunfa temporalmente la oscuridad.
Meru (en el Avesta, Jara) es la montaña sagrada a la que hacen referencia las cosmologías de muchos pueblos. En el Mahabharata hindú, Meru es el país alpino de los dioses. Los budistas dibujaron la sagrada montaña con un aspecto de loto o tronco de pirámide. En el Avesta iraní y en el Rigveda hindú se indica la ubicación de la montaña Meru en el polo Norte. El misterio de la montaña Meru como centro de Hiperbórea —la gran civilización antigua de las deidades bañada por el Mar Lácteo (el Océano Glacial Ártico)— fue conocido por los bogomilos eslavos y los caballeros templarios occidentales.
Según los mapas de Gerardus Mercator, en su centro se situaba un mar sagrado, en medio del cual se alzaba la Montaña Dorada Meru. De ese mar salían cuatro ríos que desembocaban en el océano. La desembocadura de uno de ellos llegaba a las costas boreales de Eurasia, desde donde se podía llegar hasta los Urales, y luego a Tartaria, Irán, Siria y otros países.
Hace miles de años la gran montaña se sumergió en el mar, lo que significó el principio del eón oscuro. Desde entonces la Tierra es un mundo mezclado en las fronteras de dos univérsums, el campo de la gran batalla entre el bien y el mal.
‘Mahabharata’: las crónicas del combate entre los hijos de la luz y los de las tinieblas
Los minnesíngeres-guslistas medievales eran predicadores excelentes. Normalmente no empezaban con la música, sino con narraciones, historias y leyendas: la épica hiperbórea antigua…
¿Sobre qué predicaban? Se puede encontrar la respuesta en los poemas épicos, fábulas, parábolas, leyendas, himnos y mitos de muchos pueblos de la Tierra. La fuente espiritual que estuvo más al unísono con ellos fue el tratado poético ‘Mahabharata’: las crónicas más antiguas del combate entre los Pandavas y los Kauravas: los hijos de la luz y los de las tinieblas.
¡En el ‘Mahabharata’ fue genialmente manifestada la lengua del Univérsum!
En la batalla apocalíptica de hace 10 mil años, los Pandavas vencieron a los Kauravas. ¡Pero en el ardor del combate mortal, ya sin poder distinguir entre los suyos y los ajenos, los inmiscibles se mezclaron! Así llegó, según el ciclo temporal hindú, Kali-Yuga ( La traducción del sánscrito admite varias interpretaciones del nombre: ‘el siglo de la diablesa Kali’, ‘la edad negra’, ‘la edad de hierro’, ‘el siglo de la discordia’.) —el eón de la oscuridad según el calendario hiperbóreo, la 84ª civilización, mezclada, según la numeración Cátaro-bogomila.
En la Biblia, este periodo está señalado con la caída de un tercio de los ángeles. Cayeron las deidades de las jerarquías y cielos inferiores. Al ser enloquecidas por la magia proyectada de la Gran ramera, se volvieron sordas a las exhortaciones de las grandes divinidades, sus hermanos mayores. La escalera de 1500 escalones, que llevaba a las alturas celestiales, se desequilibró.
En verdad, ¡qué insignificante y sin perspectivas es el mal!
Temporalmente se consiente para la glorificación definitiva de la bondad, ¡y desaparece para siempre!
Con la muerte de Duriodhana (el mayor de los Kauravas) en el campo de batalla, se acaba la guerra antigua. ¡Sin embargo, aún está por venir el combate general contra el mal mundial. En el mundo espiritual ya ha tenido lugar la victoria de los hijos de la luz sobre los hijos de las tinieblas. Ha comenzado el eón del Perro Blanco hiperbóreo (en términos del Mahabhárata: Satya yuga), dicho de otro modo, el amanecer de Svárog.
La Tierra tiene un origen misterioso. Nacimiento del mundo y del hombre
Sin comprender los misterios de la Tierra y su verdadera historia, es poco probable que alguno de nosotros sea capaz de cumplir su misión, caeremos sin lugar a dudas en una de las trampas que nos ha tendido servicialmente el príncipe de este mundo.
La auténtica y fidedigna comprensión de la Tierra se ha perdido. No se han conservado más que ecos en las antiguas leyendas épicas irlandesas, eslavas y de otros lugares, en las antiguas tradiciones sobre la Edad de Oro. En los cuentos populares rusos se habla de tierras puras, ‘tierras de mil maravillas, con ríos de leche y orillas de jalea’, de héroes buenos como Dobrynia Nikítich, jóvenes gallardos y doncellas hermosas danzando en corros maravillosos…
Actualmente se manejan dos concepciones sobre el inicio del mundo y ambas son falsas:El creacionismoy el evolucionismo. Se trata de dos quimeras que impiden que se despierte en el hombre la memoria mnemónica (espiritual), que sea revelado el verdadero origen de la Tierra y su lugar en el Universo.
Enlos escondrijos de la Biblioteca Mística encontramos las enseñanzas más antiguas sobre el inicio del mundo. ¡No tiene nada que ver con los excrementos experimentales (‘de la nada’ , ‘del polvo y el barro’) del libro bíblico, el Génesis!
Así como el hombre es la cristalización de la Última gota del Padre, del mismo modo la Tierra nació del compuesto divino de nuestro Altísimo, de su tesoro. Contiene en sí la plenitud inagotable del reino de los cielos, es perfecta, sin pecado, buena, pura, solar, eterna, benévola y filántropa como nuestro Padre.
La Tierra es un todo único con el cielo, que es el trono del Padre del amor puro. Las escuelas antiguas, enseñando sobre el nacimiento del mundo y el hombre en el idioma sánscrito y eslavo (¡ambos son hiperbóreos!), hablaron sobre el protosonido sempiterno, el ‘Oh’ sobretonal que siguió al derramamiento de la Última gota del Altísimo.
Del proto ‘Oh’ brahmánico —la protomúsica que incluye todos los sobretonos, la armonía de toda la naturaleza— se modeló el teoantropoide, el teohombre.
Al mismo tiempo, con el ‘Oh’ supradivino —protomusical, de 12 semitonos — apareció la protoluz, la luz divina antes de la creación.
El nombre sánscrito de la primera divinidad —BRAHMA—incluye todo el universo divino.
El mundo es el huevo brahmánico desarrollado, en el cual está escrito:
‘El Padre y la Madre son uno’.
En la cosmogonía brahmánica, que llegó hasta nosotros, de un huevo de oro que flotaba en las aguas originales apareció Brahma (Nacido del Huevo de Oro). Brahma rompió el huevo, y su parte superior se convirtió en el cielo y la inferior en la Tierra. Según otra versión, del huevo de oro aparece el hombre original, Purusha, cuya alma es igual al espíritu mundial.
En la teogonía órfica griega (que se remonta a la Atlántida e Hiperbórea), de un huevo roto que flotaba en el mar nació Protogonos luminoso, es decir, el Primer Nacido: la Divinidad o el protohombre (o bien lo uno y lo otro), que abraza y engendra todo el mundo. El hombre (o gigante) primigenio también aparece en la mitología nórdica y en Mani. El protohombre solar adán Kadmón se menciona en la Cábala de Córdoba y también en las tradiciones de la India y de Irán, : en India, Purusha; en el Avesta del zoroastrismo se llamó Gayo Martán (haya es ‘‘vida’’, martán es mort, ‘‘muerte’’) que se descifra así: el mortal nace para hallar la inmortalidad. En los tiempos del Califato de Córdoba , los sufís escribían sobre él, los cabalistas, los filósofos árabes… ¡Eran tantos los que abordaban este tema!
El huevo órfico , igual al huevo de Brahma, incluye en sí todo el mundo, y también todo el círculo de la vida y la muerte: ‘tú y yo somos uno’ —la Divinidad se humaniza y el hombre se diviniza.
La música suena en la vastedad que antecede al espacio y al tiempo.
¿‘En el principio era el Verbo’? ¡No!
¡EN EL PRINCIPIO ERA LA MÚSICA!
La música sonaba para todos los mundos y pueblos, y luego de ella se formó el Verbo que se manifestó en muchos idiomas. El logos primario es la música. La palabra es el derivado de la música.
Los ungidos ante todo enseñan sobre las beatitudes, también las que produce la música. Mani sabía tocar ocho instrumentos musicales (¡la mitad de los cuales eran de origen celestial!). Buda (igual que Krishna) sabía tocar el caramillo y algunos instrumentos más de viento… Los ungidos tenían la capacidad de traer, mediante vibraciones musicales de orden superior, a la Tierra los aires del Reino, lo cual es poco alcanzable con palabras terrenales. Cristo tocó hasta 18 instrumentos musicales celestiales desconocidos. Sucedía a veces que no menos de diez orfeones(!) se reemplazaban en sus manos. Los instrumentos se caracterizaban por una organización vibratoria especial, que no existe en el presente. ¡Solo con su ayuda se podía expresar la Bondad que reinaba en las civilizaciones divinas! A Cristo-músico lo atendían en miles de mundos, una incontable multitud de seres y espíritus. Posteriormente los minnesíngeres predicaban sobre el Buen Dios no tanto con palabras como con instrumentos de bondad. Bajo el efecto de la música bondadosa, se curaban miles. ¡Los oyentes se transfiguraban a ojos vista! Sus rostros se volvían bondadosos. El mal se volatilizaba. El ser humano hacía su elección a favor del bien.
El lenguaje del Univérsum no entiende de repeticiones
Cristo decía: “He aquí, hago nuevas todas las cosas”. Este es el lenguaje del Univérsum. No repetir nada, sino ¡tocar de nuevo, de nuevo, de nuevo! No es suficiente repetir a ciegas, repetir mantras mágicos ciegamente, como un músico sin talento al teclado… Es importante compenetrarse.
El ritmo auténtico es cercano al ritmo de la exposición del discurso. Si interpretamos la obra musical en un ritmo al cual el aparato discursivo puede responder, la música adquiere la fuerza del discurso.
Cuando el ritmo, las pausas, las acentuaciones han sido elegidos correctamente, en el oyente empiezan a resonar los castillos verbales y mentales, se activan procesos vinculados al corazón humano. Puede haber también pasajes rápidos, pero todo debe estar lleno de sentido, como las sílabas en las palabras, las palabras en las frases.
El mundo invita a admirar el arte del intérprete que toca de manera rápida y hábil. Pero una música así no proporciona nada. Aun más, roba la gracia, hace magia y corrupción.
Pero la música se encuentra en otra cosa: ¡no en la virtuosidad, sino en la EXPRESIVIDAD !
Para alcanzar la expresividad, hay que ser rico espiritualmente: saber qué decir; tener intelecto, corazón; amar a la gente. ¡Una multitud de cualidades son necesarias para que la música llegue al corazón del hombre!
A primera vista parece asombrosa la semejanza entre los textos religiosos de diferentes tradiciones, separados a veces por milenios.
De hecho, existen textos antiguos que pueden ser encontrados de forma similar en diferentes religiones. En los Evangelios hay muchos pasajes tomados casi literalmente de las Vedas indias, y de los antiguos libros babilonios y egipcios. ¿A que es debido? Acaso es un plagio? Si y no. Explicamos: En el cielo existe el Templo Dorado de la Paz. Sus rayos se dirigen hacia diferentes confines de la Tierra e inspirados alarifes y profetas copian desde lo alto determinadas partes del templo, lo cual produce el efecto de la visita de un santuario y la elevación del alma al cielo. Lo mismo se puede decir sobre los coros, cánticos y procesiones sagradas: son auténticos en la medida en que coinciden con los celestiales. Y por el contrario, cuando son resultado de un culto en extinción, no son más que sucedáneos.
Así, si investigamos el camino que tomaron los ungidos, vemos que coinciden en muchas cosas aunque posteriormente sus enseñanzas y espiritualidad fueron contaminadas. Por ejemplo, sabemos que cuando los copistas compilaban la Torá, utilizaron los originales de diez escrituras sagradas como mínimo y luego que dos terceras partes del Salterio eslavo eclesiástico de uso común en la ortodoxia están copiadas de los originales de la Biblioteca Imperial de Babilonia por los sabios inspirados de los rabinos-palomas, que abrazaron la espiritualidad zoroastriana; pero la última tercera parte son escrituras añadidas por los azores como resultado de su mezquindad espiritual.
Cuando los rabinos-azores regresaron a Jerusalén desde Babilonia, unos bandidos les robaron y se llevaron, entre otras cosas, los manuscritos del Tanaj (el Antiguo Testamento). Pero los copiadores no tienen nada de memoria: a los que tergiversan todo hasta convertirlo en lo contrario se les priva de la memoria, incluso de recordar crímenes evidentes para las almas imparciales, y así los textos sagrados del Antiguo Testamento fueron purgados por el viento del desierto. No quedó absolutamente nada de ellos. Esta es la última verdad sobre la llamada sagrada escritura, que los rabinos esconden con la magia de la inviolabilidad de sus textos presuntamente celestiales.
Después de que fuera saqueada la caravana de varios kilómetros de largo, los azores enviaron a sus agentes de vuelta a Babilonia, y estos, fingiendo ser palomas arrepentidas, robaron de la Gran Biblioteca Imperial las obras de arte de la sabiduría de cientos de pueblos. En las manos de los azores cayó una multitud de manuscritos y revelaciones de valor incalculable que pertenecían a diferentes escuelas religiosas del mundo. Al regresar a Jerusalén, estas nulidades espirituales compilaron el código del Antiguo Testamento y lo adornaron “de memoria” con sus escrituras de Ahrimán. Sus montones de oro están mezclados con estiércol venenoso y no se puede entender nada de modo unívoco.
El cuadro de “tradiciones”, tan apreciadas por ellos, es horripilante. Asesinatos sangrientos, tergiversación a su manera, robo descarado, calumnias y ateísmo rematado, ausencia absoluta de fe, aunque “ante la plebe” se proclaman una casta especial de maestros y sacerdotes rituales que supuestamente poseen una autoridad indiscutible a través de su colaboración con las autoridades [laicas]. Además, convencidos de su impunidad, amontonaron cientos de prescripciones menudas (las mitzvot del Talmud) para ahogar la voz de la conciencia, la cual si no está atrofiada por completo, dormita en la profundidad.
A medida que la Iglesia se transforma degradándose en una empresa sacerdotal de culto, el arquetipo manifestado por el ungido se convierte poco a poco en un mito.
Por ejemplo, los mitos hablan sobre un Zoroastro de éxito:
“Creó una gran religión de salvación; y los shahs iranios, al abrazarla, conquistaron eurasia con ayuda del zoroastrismo y crearon un imperio que casi fue superior al romano. Y los méritos del florecimiento del imperio iraní son atribuidos a zoroastro y al zoroastrismo.”
El zoroastro verdadero era diferente. Guardaron leyendas sobre él los parsis (devotos persas), los que emigraron de irán a la india: gente próspera y noble, aristócratas de espíritu que alcanzaron la devoción perfecta gracias a sus buenas obras.
Los planes de el demiurgo Ahrimán consistían en mezclar a las divinidades bondadosas con las serpientes-humanoides de satán, el Gran dragón.
Como prueba de la mezcla de los dioses, una vez ocurrida, sirve la mitología mezclada indo-aria. Por ejemplo, según ella, el dios Vishnú descansa sobre una serpiente de 12 cabezas. Y el gran dragón Yusha (es su nombre en la mitología eslava, el hermano de Koshei, el Diablo) sujeta toda la tierra. En la mitología in-doaria se llamó Shesha o Ananta-shesha ( Sánscrito: अनन्तशेष– ‘‘shesha el infinito’’) – la serpiente de mil cabezas, el rey de todos los naga. Shesha aparece como personificación del tiempo eterno. En los Puranas se describe cómo shesha sujeta con los gorros de sus cabezas a todos los planetas del universo y está continuamente dedicado a alabar la gloria y los nombres de Vishnú con sus bocas incontables…
Los cosmistas no ocultan su procedencia serpentina, nombrando al pilar kundalini, la energía potencial cósmica, colocada en el cóccix, como la serpiente. La new age entiende el eros y la libido como una riqueza. Considera imprescindible sublimar y elevar la energía serpentina a través de la columna vertebral serpentiforme desde el centro sexual (muladhara ), hasta que alcanza el cerebro reptiloide (en sahasrara).
Otro ejemplo sobre la veneración a la serpiente lo encontraríamos en la trastienda del culto religioso en el antiguo Egipto. Es sabido que una cobra preparada para atacar está en la cima de la corona del faraón.
En el culto religioso hay muchos animales representados: el halcón, el lobo, la gata… pero la Serpiente es el símbolo principal para los sacerdotes egipcios, que de modo oculto rendían culto al uróboros(la serpiente que muerde su propia cola) que simboliza el poder sobre el mundo material.
Aparentemente los sacerdotes veneraban a la Deidad solar… pero en espíritu eran portadores de la oscura espiritualidad lunar (!).
No fue hasta la llegada de Amenhotep IV (Akenatón) siglo XIV a.C., que cumpliendo la última voluntad de su padre (Amenothep III), llevó a su pueblo el conocimiento sobre otra Divinidad: del culto farisaico de Amón a la espiritualidad solar de Atón. Se convirtió en la figura más importante de la historia de Egipto pues llevó a cabo una extraordinaria revolución espiritual, sin derramamiento de sangre alguno, solo manifestando la grandeza de la divinidad.
Podría parecer que ambas divinidades son hipóstasis del mismo Ra solar (o Dios, en su símil cristiano): Atón Ra y Amón Ra. Pero la diferencia entre ellos es enorme. En el panteón egipcio tradicional coexistían, de forma antinatural, las divinidades buenas y malas, las benevolentes y las peligrosas. La mezcla desemboca en la degradación de la pureza y la desaparición del amor y la bondad. La Sabiduría se sustituyó por el conocimiento prohibido, y la unión con la divinidad por el culto a los sacerdotes.
Akenatón en pocos años suprimió la casta de los sacerdotes y más de 20 mil personas empezaron a celebrar su adoración a cientos de deidades. Consiguió sacar la espiritualidad de la mezcla, el ritualismo, la distancia, el mercantilismo, la corrupción, los cánones y las reglas, la idolatría a los sacerdotes, etc. Y descubrió el rostro de la Buena Divinidad de Atón Solar, empezando a reinar en Egipto otra sabiduría, la que se fomentaba en los arquetipos originales del bien: la sabiduría, la bondad, el amor, la pureza, la misericordia, la armonía y la belleza.
La espléndida enseñanza sobre no tolerar la mezcla más tarde sería adoptada por el bogomilismo y el catarismo. La historia se ha repetido en centenares de otros ejemplos.
¡E aquí que en Egipto encontramos la misma hazaña que llevaron a cabo los Cátaros! ¡Restablecer a la Buena Divinidad para restablecer el origen puro y bondadoso del Ser Humano!
En los tiempos del Nuevo Templo Dorado de la Paz esta sabiduría resplandecerá impecablemente, sumando en sí todo lo mejor que hubo en las diferentes corrientes espirituales: la de los templarios, los cátaros, bogomilos, cristoveres, albigenses, ortodoxos, budistas… Resplandecerán en el éter libre del cielo abierto.
Tales templos serán glorificadas. Su tiempo llegará en el período más cercano. La luz de Oriente es una nueva espiritualidad proveniente de Rusia como el florido arquetipo hiperbóreo, como la rama reverdecida del catarismo y del Santo Grial.
¡Qué alegría reinará sobre la Tierra! Cuántos se curarán de sus enfermedades incurables, volverán a nacer y, pletóricos de alegría, extenderán las manos, agradecidos, hacia la bondadosa Divinidad, cual si fuera la primera vez que descendiera desde el cielo y se revelara a la humanidad!
La Sabiduría, Reina del Univérsum
Las antiguas civilizaciones comprendían a LA MARE DIVINA como la personificación de la Sabiduría Divina, la Reina del Univérsum, Reina del mundo y Reina de los arquetipos. Y a CRISTO como la personificación de la Sabiduría, el Rey del mundo, Rey de los arquetipos.
Parece ser que en ningún idioma del mundo, excepto en el eslavo y el sánscrito, en los que dejó su huella Hiperbórea, se muestra de manera tan evidente el carácter superiorde la Sabiduría. Las palabras Wisdomdel inglés, ‘sabiduría’ del español, Jojmá del hebreo e incluso Sofía del griego se traducen como ‘Sabiduría’ , pero carecen de esa maravillosa Predel ruso (pre-mudrost = sabiduría superior) que implica su naturaleza superior.
La Sabiduría (SUPERIOR ) no tiene análogo en este mundo. Supera a la sabiduría del ser humano e incluso a la del teohombre. Se transmite a través de misterios, símbolos, se imprime con los sellos del espíritu.
¡Bienaventurado aquel sobre el que ella descendió como una nube de gracia!
Rasgos universales de la deidad teomaterna , nuestra Madre Sabiduría.
A la Diosa Virgen Madre la glorifican en miríadas de mundos bondadosos, en Sus millones de rostros-hipóstasis. Varios pueblos de la Tierra la veneraban como la Fuente de la Vida, el Árbol del Bien, la Madre omnihumana, llamándola bajo diferentes nombres: Lada, Tara, Makoshi (Hiperbórea, Tarhtaria), Sarasvati, Vaac Ascharti (Vak Shakti) —en India, Ishtar Mammi, Semíramis (Babilonia), Inanna ( Sumeria ), Ardvisura Anahíta (antigua Persia), Máter Shinto, Amaterasu , Cannon (Japón), Tonantzin, ZlataMaia (America del Norte), Isis, Maat (Egipto), Dhanna (Normandia), Britantina (Inglaterra), Guan Min, Lao Mu, Shin-Mu (China), Umai Ma (Altai, Siberia) Artemisa, Afrodita Urania helénica, Hera, Atenea Partenos (Grecia), Dama de Elche, Dama Oferente, Dama de Baza (Iberia), Tainit cartaginesa, Magna Máter, Auri Galanta, Mediatrix, Galactrotofusa, lactante, Amparo, María fenicia, Ashera judía, Tabiti de Escitia, Frigg de los nórdicos antiguos, Hertha de los germanos, Nutria de los druidas, Virgo Paritura, Mirra de los aborígenes de Australia, la Madre Divina Soberana rusa, Ceres, Cibeles, Minnerva, Demeter…. ¿Qué tienen en común sus mil quinientas hipóstasis? ¿Qué tienen en común la Madonna cristiana y la budista? Su Rostro de infinita misericordia, de clemencia absoluta y amor, sabiduría y serenidad. También el hombre, heredero del Padre y la Madre, a su manera tiene mil quinientas hipóstasis: misericordioso, compasivo, bondadoso, pero su nombre principal es hombre eternamente virginal.
A la Reina Celestial se le opone Lilit; la adversaria, la admiradora del diablo, la madre negra del orden mundial oscuro: el mal, la lujuria, la usurpación, el materialismo, las guerras, las mentiras, las violencias: también existe el universo negro, a cual pertenecen nuestros enemigos.
El Talmud la considera primera esposa de Adán, a quien abandonó. La mitología japonesa la llamaba Izanami. Los hindúes la llamaron Kali, la diosa negra. Rea Silvia, una virgen vestal violada por el dios Marte, la mítica madre de los gemelos Rómulo y Remo; también la Cleopatra egipcia…En el antiguo Egipto, la oposición entre la diosa blanca y la diosa negra fue relatada en el siglo XIX por la teósofa Mabel Collins en El idilio del loto blanco. En la novela de Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas, también queda muy bien retratada a través del personaje de Milady, su principal antagonista. El “hermoso” exterior de Milady, esconde un interior diabólicamente astuto, pérfido, despiadado y cruel.
RECONOCER A LA ADVERSARIA NO ES TAN FÁCIL . Su idioma es el mimetismo hábil. Ocultando la deformidad y el mal, de modo astuto se hace pasar por el bien, se disfraza con la gracia hurtada.
La Concepción Inmaculada como el estatuto del Univérsum
La virginidad inmaculada es propia de los habitantes del tercer cielo. La Madre Divina en miles de sus nombres (Shakti, la Santa Virgen, etc.) se llama inmaculada. ¡Su Inmaculadez significa que el mal no puede imprimirse, que no es capaz de dejar sus huellas pestilentes en el pléroma solar de los cuerpos inmortales!
El misterio de la concepción inmaculada del santo Grial se manifestó en la civilización 84 solo de modo particular, algunos ejemplos: a través de la Virgen María en el cristianismo, de Shakti en el hinduismo, de Fátima az-Zahra, la hija de Mahoma, que dio a luz inmaculadamente a un linaje entero (Así lo creen los shiitas, que a diferencia de los sunnitas aceptan solo a los herederos de Fátima az-Zahra como la rama original del ungido Mahoma).
Y, cuántas madres virginales encontramos en el panteón de la india, ¡son decenas! Una de ellas es Devaki, la madre de Krishna que nació inmaculadamente. Según la leyenda, Krishna tenía ganas de manifestarse en el corazón del espléndido Dios Vasudeva, y luego desde su corazón se trasladó al corazón inmaculado de la Virgen Devaki.
Los principios de docor (Misericordia en occitano) no son compatibles de ningún modo con el juicio, el derramamiento de sangre, las torturas, los sufrimientos eternos… es decir, con ningún mal. Sus principios más bien son cercanos al panteón de las divinidades de la India. Entre los iniciados en docor se puede encontrar a Shakti, a Guan Min y a las grandes madres del Templo de Artemisa de Éfeso.
¡En la civilización del santo Grial la concepción inmaculada no es un acontecimiento particular ni exclusivo, sino el estatuto del Univérsum!
El camino hacia la perfección no transita a través de lo exterior
Según el modo cátaro de ver el mundo, el camino hacia la perfección no transita a través de lo exterior: ascetismo, la asimilación de las escrituras clásicas (los upanishades, rigvedas, coranes, evangelios, avestas), la oración ininterrumpida y el voto de silencio (hesicasmo), o simplemente a través de la entrega de votos amundanos.
La espiritualidad privada de la virginidad (¡!), es la caída de la esfera del Univérsum, se convierte en religiosidad institucionalizada. Buda, Mahoma, Cristo, Krishna original, Rama, Zoroastro, Mani, Mahoma y otros miles de fundadores de escuelas espirituales fueron hombres vírgenes concebidos inmaculadamente y durante toda su vida mantuvieron pura su consciencia.
Si el interior no tiene cambios tampoco vale mucho lo exterior. En el mundo de ascensión por los escalones de la Escalera Dorada que lleva al Reino, lo exterior deja de ser necesario. En los cielos no hay cánones ni reglas ni ritos ni estatutos religiosos ni oraciones según un horario ni vigilias nocturnas. Ahí reina otro orden. Todo lo oculto y lo interior se hace manifiesto y lo exterior se une con lo interior. Nada exterior es importante: ni las oraciones ni los testimonios, ni siquiera las hazañas. Lo importante son los sellos, la calidad del espíritu que se ha acumulado Son importantes los fundamentos generales ya que el hombre es medido con los criterios de la bondad y la pureza del corazón.
La perfección se alcanza únicamente con la bonhomización. La bonhomización en millones de veces abre las puertas del Univérsum Solar.
Antiguamente, en los diálogos entre los ancianos se podía escuchar: ¡Si supierais cuántas brujas y brujos hoy en día rezan el Salterio, hacen mil postraciones por la noche, ayunan y comulgan casi cada día! ¿Y qué consiguen…? En vano!
Hay que valorar el tesoro del Espíritu Omnibueno. La condición para guardarlo es la amundanidad absoluta: no hacer transacciones con la conciencia. ¡No es importante el ritual ni el ayuno ni la oración ni la liturgia ni el ascetismo ni las abluciones, sino l a p u r e z a d e l a c o n c i e n c i a! La practica ascética es importante y a veces necesaria siempre y cuando te haga mas puro, mas bondadoso.
Los guardianes celestiales, antes de dejar pasar al alma difunta a los lugares luminosos, leen su conciencia: ¿es pura?, ¿no tuvo transacciones? La más mínima transacción con la conciencia enseguida ensombrece t o d o e l s e r i n t e r i o r . Los cuerpos inmortales de luz retroceden y el alma no puede ir a un destino luminoso.
Una espléndida máxima de los antiguos Vedas grabada por Vaac Asharti (Shakti): ‘para que se revele lo nuevo hay que romper el cordón umbilical de lo viejo’.
Está claro, lo nuevo no se revela mientras no esté roto el cordón umbilical que lo une con lo vetusto. La bonhomización hoy es una hazaña. Es necesario armarse de valor para rechazar lo que aún ayer considerábamos como virtud: la televisión, el internet, las pasiones fatídicas, el espíritu pancista, el mammón, la magia poética. El mal termina inevitablemente en una catástrofe. Los valores pasajeros del goce se borran, y el alma queda ante el rostro de la verdad última…
Artículo elaborado a partir de los Libros de Juan de San Grial y conversaciones con los ancianos cátaros
PD:
Visita de los Cátaros Madrid a la comunidad Hare Krishna en Brihuega (Guadalajara, España) .
Foto tomada en la vaquería de la comunidad con nuestro amigo Omar ( devoto de ISKCON , en el centro), quien nos acompañó durante toda la visita.
¡ Agradecidos querido Omar por vuestra buena atención y hospitalidad !
0 comentarios