Nuestro mundo es esquizofrénico, en el todo está separado y vacío de sentido.Conscientes de la confusión y la falta de contacto con lo ESENCIAL y con la realidad misma que se vive en el orden de este mundo tenemos que reflexionar seriamente sobre el origen de esta catástrofe paulatina de la humanidad.
Casi todos los credos espirituales defienden, somos uno, pero nosotros no vemos la unión entre los seres humanos, ni entre los humanos y los demás seres, animales o vegetales, no encontramos ni siquiera la unión en el interior del ser humano. La naturaleza esencial humana es espiritual, la envoltura material, es transitoria. Sin embargo, se vive en el gran olvido.
¿Como hemos llegado a este limite dramático en el que la desesperación, el frío de la soledad, el miedo a todo ( al juicio, al abandono, al fracaso, el miedo a la muerte) y desde ahí a crear pactos espirituales con quiénes prometen seguridad, éxito, amor y amores? .A partir de ahí la escisión del ser humano consigo mismo, la esquizofrenia, es consecuencia fatal.
El ser humano es arquetípicamente fraternal, bondadoso, servicial, noble, es libre y bello, es armonioso y alegre. El mundo en que vivimos ha evolucionado más y más, separando al ser humano de sí mismo en tanto que divinidad y, separándolo de sus hermanos.
La soledad y el miedo han ido desolando la existencia en la Tierra.
Dominan en este mundo la irresponsabilidad, el sálvese quién pueda, la desconfianza, el aprovechamiento, los placeres efímeros, envidia y juicio, mirada critica, prepotencia o sumisión, apatía o impotencia, desprecio y autodesprecio, violencias explícitas y encubiertas, mentiras, dobles vidas, celos, desesperación, ira , impaciencia, fracaso. Y si, claro, escucharemos a favor del amor de pareja, de familia, de satisfacciones materiales, de las experiencias nuevas y apasionantes, de la seguridad el calorcito de las caricias, del buen vino y la buena mesa. Llegando a considerar todo ello como una buena vida, cuando “una buena vida” es una vida en la bondad. Sabemos bien que esos placeres son efímeros y dejan mal sabor, que la seguridad se cobra un alto precio, que el logro laboral suele ser a espensas de otros, que los amores se caducan y el olvido anida en las sábanas de la pasión, en las “respuestas sin respuesta” de los que se decían amigos, que ese vino sabroso solo tapa, y el tabaco y las drogas van quemando.
Sabemos que los bienes no colman, solo calman brevemente.
La vida loca, acelerada, materialista, hiperracionalista y hedonista impide y sabotea la naturaleza inocente bondadosa del ser humano. la dramática escisión esquizofrénica en que vivimos, ante todo, espiritual ha separado de su naturaleza real esencial el ser humano y este camina día a día llenando vacíos con vacíos, anhelando un mundo mejor, pero corriendo acelerado tras el siguiente fracaso.
El toque, la revelación o la convulsión espiritual que despierta la conciencia y reorienta hacia la verdad, es el momento del inicio de la CORDURA.
Consuelo, sorpresa, alegría, poco a poco, recuerdo, anhelo, trabajo interior. Se abre el camino hacia la recuperación del arquetipo humano divino, hacia la vuelta a casa, la casa de la divinidad interior, la casa de la fraternidad del puro amor a la que pertenecemos, la casa del padre y la madre celestiales que siempre han estado ahí, dentro y fuera, alrededor, en el cielo y en la tierra, en cada hoja, en el agua, en cada animalillo, en tus ojos y los míos, en el corazón del prójimo.
La espiritualidad cátara bogomila presenta las llaves y los paso reales y concretos para la recuperación de la visión clara y la valentia para elegir el camino del puro amor y la bondad, que VENCE LA LOCURA DE LA SEPARACIÓN Y EL MIEDO.
Ciertamente el mundo está evolucionando hacia la locura de no llegar a reconocernos si quiera.La espiritualidad y sabiduría cátara puede ser entendida como la mejor de las terapias posibles, puesto que conserva el conocimiento del Misterio del hombre en su arquetipo original y posee llaves concretas para su recuperación.
¡Qué llave grandiosa es darse un giro a sí mismo y empezar a traspasar todas las barreras que fuimos construyendo para encerrarnos en un mundo interior ilusorio donde parece que hay tranquilidad y placer, pero en realidad es que te estás muriendo por dentro! Cuesta mucho al principio del camino cátaro empezar a abrir lo que se quedó congelado en tu corazón, hacerte transparente y puro en tus intenciones. Pero merece la alegría.
Unirse solo puede el que ha acumulado la bondad (y no lo aparentemente bueno sino lo bueno de verdad, lo que nutre), eso puede llevarte un tiempo hasta que lo consigues porque tienes que romper unas cuantas cáscaras de individualismo, de egoísmo, paranoias, de miedo a perder y no sé cuántas quimeras que en realidad no tienen ningún fundamento, son programas artificiales bajo los que se somete al terrestre actual.
Lo que de verdad ayuda a abrirse y confiar en el prójimo es encontrarse en un entorno donde todos y cada uno están librando la misma batalla contra lo que impide la transparencia, y también el saber y ver que hay una nobleza y una fidelidad que no se pueden encontrar en ningún otro camino. No hay nada más valioso ni que dé mayor felicidad que experimentar esta unión de corazones ajena a todo interés, a toda doblez y segunda intención ¡Cómo descansa el alma! ¡Qué consuelo!