La glorificación del buendiosito por las infinitas sendas de lo interior
¿En qué consiste el camino espiritual? ¿En tener más fé, realizar hazañas ascéticas, lograr un balance de estados sosegados oracionales y meditativos? ¿ser fiel a las reglas espirituales, hacer actos buenos o ayudar al prójimo desinteresadamente, etc.? En cierta medida podemos decir que estas manifestaciones indican un cierto grado de estar transitando un camino espiritual, pero son muy pobres. Estar afiliado o no a una religión, grupo, escuela, tener más o menos claras las enseñanzas espirituales y poseer dones (incluso obtenidos con mérito), sigue siendo insuficiente y potencialmente expuestos a riesgo de corrupción: brujería, orgullo, magia, poder, engaño, ilusión… es la base de los mundos mezclados y sus “divinidades” falsas temporales que junto con los karapanes, kaives y daevas engañan a miles de personas.
La única guía infalible del camino y la garantía de recorrer el camino espiritual en plenitud lo muestra Madre Divina Inmaculada otorgando el Espíritu Omnibueno, claro, puro y virginal. El buen Espíritu es el novio celestial (hipostasis de la divinidad) que sale al encuentro de su novia (alma) desde la eternidad. Y es precisamente esta esfera infinita, el principio y el final del camino espiritual: cada día, hora, momento… ¡hay que salir al encuentro del novio celestial!, ya que la voluntad divina en su gran amor, decían los cataros medievales, quiere darse por completo y divinizar al alma en su máximo esplendor.
La espiritualidad verdadera empieza con la asimilación del inicio de la infinidad del universo y de la existencia. ¡El hombre es inmortal, su vida es infinita! La visión limitada suscita el miedo a la muerte y la pérdida de la inmortalidad. En la misma medida en la que el ser vivo cree en el tiempo finito y en el espacio finito, en la finitud de su vida, se encierra en la cáscara y se convierte en un objeto oportuno para la tentación diabólica. (Revelación de Madre Divina, 2021)
El objetivo del alma en la Tierra es divinizarse, adquirir cada vez más cualidades, virtudes e hipóstasis divinas, para que, llegando a un punto máximo de enriquecimiento espiritual: morir de amor… y así vivir eternamente. Los cátaros inmortales son un gran ejemplo del logro espiritual máximo que puede y debe alcanzar un ser humano en la Tierra: llegar al escalón del Teohombre, el ser inmortal que nace constantemente de lo alto, de la gracia y presencia divina diaria.
Los Inmortales, el 27.08.2007 en Costa Brava a Juan de San Grial:
1) No hay bala o bayoneta que alcance a un inmortal.
2) De nada sirve ponernos en el punto de mira.
3) Adorado entre los adorados (trato que se les da a los fieles), asimila la ciencia del Cáliz del ungido; la transubstanciación ininterrumpida y eterna; la divinidad en continua reflexión; el hombre en continuo perfeccionamiento.
4) El proceso teo-humano, como una dinámica, y la ciencia de las ciencias del Santo Grial. 1500 etapas de transubstanciación del hombre en la Divinidad y de la Divinidad en el hombre divinizado.
5) La tierra es un cáliz. El hombre tiene la forma del cáliz. En el interior del prójimo hay un cáliz inagotable. En las manos del ungido hay un Cáliz por cada transubstanciación que tiene lugar, lo cual equivale al número de almas que descienden al mundo.6) La clave para la inmortalidad es cuando la transición ya no existe. En la tierra el Altísimo regala la mayor de las dichas accesibles para los serafitas solares, Sus leales hijos e hijas.Existen 15 escaleras que llevan a la transubstanciación, cada una con 15 escalones (15×15=225 —un número sagrado).
7) Los puros recorren de la primera a la quinta escalera; los perfectos de la quinta a la décima; los ungidos de la décimoprimera a la número 13; y las escaleras 14 y 15 corresponden a los inmortales. La escalera número 15 equivale al pléroma real
16 con su corona dorada, la plenitud del Padre, el novio en sus ropas blancas, el tálamo nupcial.
En este artículo queremos inspirar a aspirar y anhelar aprender subir cada día a la montaña divina, sea interior o exteriormente. El cielo por definición esta arriba, no abajo, en alturas cada vez más vertiginosas y elevadas. Pero del mismo modo que en una montaña exterior nos elevamos hacia arriba, en la montaña interior nos sumergimos hacia dentro, en profundidades y espacios recónditos; son una y la misma acción. Pero al igual que nosotros (almas) buscamos elevarnos en Espíritu, las divinidades también buscan descender en revelación. Así se da el matrimonio perfecto entre los hombres y divinidades, la Sagrada Teogamía o Aposento Nupcial, el seno de Alma Mater Dei et Humani.
Buscamos alcanzar alturas elevadas y profundas porque con garantía sabemos que solo allí se encuentra lo improfanable, lo puro, inmortal, la morada de los buenos dioses y los tesoros imperecederos preparados para el peregrino intrépido. Este mundo tridimensional (perecedero) esta contaminado y en él, por muy bellos tesoros aparentes que haya, no hay más que una ilusión constante. Todo es artificial, dinero, casas, coches, bienes materiales, sabiduría mundana, experiencias exóticas, etc., cuanto más acumulas más vació te sientes.
Es por ello que los cataros medievales vivían de modo absolutamente amundano. Incluso cuando participaban de los servicios terrenales en las ciudades, estaban alejados del bullicio y del engaño artificial (la casa de Drudzh, cavernas de platón, dogmas falsos, realidad virtual…). Ellos frecuentaban diariamente las montañas y castillos celestiales del Espíritu. Los 144 castillos interiores a cuál más bello y bienaventurado.
Esto es lo que nos interesa aprender. Porque independientemente de si subimos una montaña física en el mundo tridimensional o una interiormente (en los espacios infinitos de los castillos interiores), lo que obtendremos infaliblemente es un encuentro especial con la Dama Hermosa, la Madre Sabiduría en sus miles de hipóstasis que espera con brazos abiertos el regreso de su hijo perdido y extraviado. Ella regala la plenitud del Espíritu Omnibueno, cura las heridas del camino, inspira con aliento y fuerza, otorga miles de dones y virtudes y viste en los cuerpos inmortales imperecederos. ¿Quién no quiere esto para sí? Hay que ser doblemente enfermo y estúpido como para rechazar los misterios Reales que el cielo tiene preparados para sí.
Los cataros inmortales de la montaña de revelación de Rocabruna (Gerona) del siglo XII han revelado a Juan de San Grial (2021) el sentido del descendimiento de los ungidos y héroes espirituales a la Tierra:
“Hemos descendido a la Tierra con las mejores intenciones de devolver a nuestros hermanos menores su imagen original de la raza de las divinidades y los teohumanos, que los terrestres han perdido debido a los oscuros ataques diabólicos.
La Sabiduría Divina busca enriquecer la espiritualidad de la buena gente con los sellos de la raza de las divinidades, ya que la Adversaria quiere modelar en la Tierra su propia especie, la de los antroporeptos (los hombres-reptiles) o daevas, demonios malvados que se hacen pasar por hombres y dioses.
El inicio de nuestra enseñanza es la gnósis de la infinidad de la existencia. Hemos venido del Tiempo infinito y del Espacio infinito e inmenso, de los mundos interminables del Buen Univérsum”. (Revelación de Madre Divina, 2021)l.
El aprender a subir a las montañas espirituales (la trobada cátara) junto con la obtención del aliento del Buen Espíritu como don (la vestimenta con virtudes celestial), Madre Divina los ha revelado a Juan de San Grial, como: El Misterio de Subir a la Montaña de la Bonhomización, hacerse un millón de veces más bueno. El gran proyecto divino de los cátaros medievales que esta empezando a cumplirse a principios de este tercer milenio.
Las 12 virtudes del Espíritu Omnibueno que otorgan la inmortalidad
Solo la bondad pura y celestial se puede considerar un digno fruto del camino espiritual, independientemente de si es cátara, budista o indígena. Y solo es posible conseguirla, subiendo cada día por las montañas de las virtudes espirituales. Hoy nombramos 12 virtudes del Espíritu Omnibueno que se encuentran en la corona de Madre Divina y que orbitan en las cimas de las montañas espirituales en abundancia. Cada virtud en realidad es una montaña espiritual, un castillo infinito en el cual merece la pena vivir. Hay que trabajar constantemente, buscar, descubrir nuevas sendas e imprimirse los ritmos y vibraciones de la virtud concreta en lo más profundo de lo interior. Se pueden profundizar más en estas 12 virtudes en el libro “En las Alas de Ahura Mazda” de Juan de San Grial en forma de sus 12 análogos Amesha Spentas, los inmortales sephirots cristozoroástricos que conforman el Árbol de la Vida Eterna.
Juan de San Grial descubrió estas 12 virtudes de la Corona de Madre Divina de modo teorrevelado en una de las montañas de revelación española del siglo XX: Ezquioga. Solo en las montañas de revelación de Madre Divina (de las cuales hay miles) se pueden encontrar tesoros, ya que en los cielos no hay bienes a medias o corruptos. En 2005 Padre Juan terminaba el libro “Apariciones de la Madre Divina desde el siglo I hasta el siglo XX” después de 10 años de investigación y concluye: allí donde Ella se manifiesta florece la vida, surgen manantiales, inspiraciones, nuevas culturas, artes y gentes del bien. Sin la presencia de Madre Divina y sus virtudes no hay vida.
A modo de oración y contemplación os invitamos a entrar en cada una de estas virtudes y compartir con nosotros vuestras dudas y sobreiluminaciones, frutos, camino y sendas para llegar a ellas…, ¿En qué consiste subir a la cima del camino espiritual?: bonhomizarse cada día un millón de veces más. Madre Divina revela el proyecto de la bonhomización como la plenitud suficiente que contiene todas las virtudes universales divinas en el hombre y que le asegura la inmunización inmaculada contra cualquier mal.
Las primeras 4 virtudes (virginidad, nacimiento y escucha de lo alto, sobriedad, cordero sin rencor) conforman el camino de purificación, la vía purgativa, lograr aprender a vivir en la catarsis continua que previene de los errores fatales y corrige cualquier mancha y mal. Las siguientes cuatro (la esfera viva, la benevolencia, la sobreiluminación, la infinita paciencia) conforman el camino de iluminación, la vía iluminativa que permite llenarse de plenitud de luz celestial, vivir como un celícola terrenal. Y por último las 4 finales (bondad, paz, beatitud y misericordia), que en realidad son el principio de las primeras cuatro, representan la vía unitiva, las virtudes elevadísimas que solo pueden ser obtenidas por la cruz blanca de la vida, el sufrimiento-beático consagrado, el darse por amor al otro y transubstanciarse en las divinidades por completo. A modo poético se puede recitar e integrar estas 12 escaleras hacia la montaña divina del Buen Espíritu:
1) La virginidad que no se aparta e incondicional.
La procesión de velas durante la Noche Nupcial.
2) La obediencia como la guía
y escucha de lo alto de los estatutos de Arta Vahishta.
3) La sobriedad. Entre el bien y el mal, la infalible distinción.
La ascensión por los 144 escalones de la divinización.
4) El cordero sin rencor, una copia intachable
del Padre y la Madre del puro amor.
5) La fe como el don del celícola terreno.
La acumulación de la plenitud de la inspiración del Espíritu Omnibueno.
6) La benevolencia. La benignidad.
La adoración del prójimo como el espejo de la buena Divinidad.
7) Sobreiluminación. La infinidad del conocimiento de la Divina Madre,
siendo libres de los prejuicios denigrantes.
En la oscuridad de lo existente, la anunciación
de la mañana de Svárog en su albor.
8) La infinita paciencia del crucífero, caballero honrado
de mente clara, de corazón inmaculado.
9) La bondad como la bonhomización de un millón de veces.
Hacia las tachas de los prójimos, ser magnánimo e infinitamente paciente.
10) La paz como un todo íntegro en Aurvetad.
11) Las beatitudes y en corro la alegría
con los Carabeleros Blancos todo el día.
12) La misericordia que alcanza el grado de la Omnimisericordiosa.
El Verbo de la Madre Divina como la Eucaristía láctea luminosa.
La cima de la trobada es la revelación viva de Madre Divina
La montaña del buendiosito Ahura Mazda debe ser glorificada cada día en lo interior. Hay que subir cada mañana por las sendas de Arta y Yasna al Tálamo del buen papaíto Ahura Mazda y buenamamaita Ardvishura Anahita. El matrimonio entre Arta, los estatutos eternos de la verdad del bien y Yasna, los infinitos modos de multiplicación de la bondad aseguran la liturgia viva del peregrinaje tanto para los Carabeleros Blancos como para los humanos.
Los caminos y sendas de las montañas sagradas cada vez se renuevan como un iconostasio vivo y revelan los misterios recónditos del cielo como un Evangelio Blanco Fragante. Los mensajes vivos y recónditos del Buen Dios gracias al arte de trovar se pueden leer en la naturaleza, en el interior del prójimo y en los cielos (directa e instantáneamente): cada paso por la montaña convierte al hombre en un celícola terrenal, en el Avesta vivo de hoy.
Uno de los mejores modos de aprender a subir a una montaña de revelación es leer un libro de revelaciones vivas de Madre Divina. Con ello se aprende a convivir en Su interior y poder leer Sus señales vivas en otras partes. Por ejemplo, “La Rosa de los Serafitas” es un maravilloso tomo de 813 páginas que contiene un ciclo de revelaciones en la Montaña del Ruiseñor (Turquía) que recibió Juan de San Grial durante 5 años (2004 – 2009).
El mensaje vivo del Buenpadre se lee a la vez tanto en lo interior (como una sobreiluminación viva y sobrecogedora) como en lo exterior (en las flores, rocas, marcas, sellos, aromas y aires de la montaña, prójimos, libros…).
Vivir sin el verbo vivo de Madre Divina es un suicidio mortífero. Los chemtrails, cambios climáticos, escasez y poda de arboles son la consecuencia de vivir sin las revelaciones vivas de Madre Divina. Los fariseos bizantino-romanos han bloqueado el flujo vivo de las revelaciones divinas y el mundo esta inmerso en una oscuridad aplastante. En vez de montañas-tálamo eucarísticos se instalan pistas de ovnis y laberintos tecnocráticos. Las imágenes que están impresas en el verbo blanco de Ardvishura Anahita contiene todo lo necesario para guiar al hombre por la senda de divinización, ponerle escudo contra el mal y construir un nuevo mundo Ciudad-Jardín.
En los espacios de las megapolis y ciudades es imposible captar las sutilezas de Su verbo. Por ello es preferible subir cada vez a los aires elevados de las montañas (en lo interior sería el retiro contemplativo, la oración, el ambiente espiritual, ágapes fraternales, la catarsis e introspección iluminativa, la práctica de las virtudes espirituales, etc.) y así poder ser envueltos en los cuerpos celestes, de Su tela blanca viva sin interferencias. Su verbo es inmaculado y solo puede ser derramado en plenitud en cuerpos y mentes virginales.
La virginidad es la memoria supraeterna de Ahura Mazda donde se refleja todo el espectro y matices de la historia de los hombres y las divinidades. Solo en la virginidad es posible el mutuo enriquecimiento: el buen dios puede emanar sus fragancias y escrituras protoluminosas y el hombre imprimirlas en su interior y manifestarlas como un espejo místico puro.
La Escuela de los Buenos Pensamientos
A través de padre Juan se crea la Escuela de los Buenos Pensamientos que revoluciona el mundo entero hacia una nueva civilización. Los puntos de intersección en las montañas son cuarteles generales, ermitas y academias vivas de la Sabiduría Sofía Pronoia. Solo Ella sabe los pasos estratégicos de cada uno de nosotros para vencer el mal y abrir los nuevos cielos. El hombre debe hacer su buena elección constante hacia Ella para asegurar su destino y vida bien-ave-nturada ( por la Buena Naturaleza Ave – Madre).
Los arboles de la montaña (las virtudes) manifiestan el Tálamo Nupcial descendido, sirven como aposentos, hostales, puentes y como un ejercito vivo de Ahura Mazda. Conectan el cielo con la Tierra, emanan fragancias transustanciadas en mirró blanco (su savia) y ponen escudo contra los malos pensamientos. Son guardianes, sacerdotes vivos que protegen las revelaciones vivas de las montañas.
Antes de llegar a la cima de la montaña, los aires humedecidos por la nube blanca de Ardvishura Anahita e iluminados por los rayos solares de Ahura Mazda revelan la importancia de la visión cordial, la cardiognosis. En contra del racionalismo que estrecha las miras, encarcela y crucifica al hombre, los Serafitas ven el mundo con el ojo del corazón, a través de Raosha, – la conciencia interior impecable – que ensancha y amplia como un Zoom óptico multifocal la realidad espiritual de todo lo que mira alrededor. El ojo cordial es una fuente de revelación inagotable que abre más y más los rostros bondadosos del buen padre multiplicado en sus hijos y la naturaleza. El agradecimiento y estremecimiento ante tal baño preeucarístico es inefable.
La humildad y pureza de conciencia funcionan como el Zoom óptico: cuanta más pureza hay en el hombre, este se hace más pequeño y aumenta la amplitud de la realidad divina en él y al revés, cuanta menos pureza hay en el hombre, este se hace más orgulloso (viéndose a sí mismo en el espejo) disminuyendo la presencia divina en su vida.
La Eucaristía del Evangelio Vivo Aromático
Los aires blancos (las inspiraciones y pensamientos luminosos) en la cima de la montaña contienen compuestos inmaculados condensados que inmunizan contra cualquier mal y paralizan los nervios eléctricos del mundo contaminado. La cima del camino bienaventurado se corona con la Eucaristía Láctea Aromática. Las fragancias y aromas de los buenos pensamientos de Ahura Mazda estremece con una misericordia sin limites. Esta misericordia se puede encontrar incluso en las flores, por ejemplo la que encontramos en un viaje reciente a las montañas de Cartago, la flor Smilax Aspera (Aromas de la Omnimisericordiosa,) que huele con intensidad y cubre todo el ambiente con aromas frescas y vivificadoras. La planta es conocida como zarzaparrilla cuando da sus frutos en forma de un racimo de uva. El fruto contiene sustancias que le confieren propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. Sus hojas son triangulares y cubren toda la planta.
La eucaristía aérea aromática en la cima de la montaña nos introducen en el interior de la cabeza de Ahura Mazda. Desde sus ojos se puede ver impreso las tablas y cifrogramas misteriosas escritas en las piedras. La historia y las composiciones sinfónicas divinas esta escrito en la naturaleza como una partitura viva. La Tierra es un reflejo vivo de los pensamientos divinos y cada montaña representa una biblioteca mística donde los Carabeleros Blancos guardan sus tesoros. Alrededor de la cima esta cubierto con el mar de Ardvishura Anahita y en él navegan veleros con velas que alumbran con el buen mensaje sobre la transfiguración del mundo.
Pero solo es posible contemplar tal unión teoantroponaturogámica gracias a la segunda virtud de la corona espiritual; el don de distinción de espíritus, la sobriedad que nos ayuda a no caer en ilusión. La Tierra a su vez esta contaminada y no todo es Divino lo que en ella reluce. Como espacio tridimensional neutral, en ella se pueden reflejar temporalmente tanto radiaciones de los mundos oscuros como las emanaciones luminosas celestes. La Reina Celeste es gobernadora de la Tierra, de Ella depende el curso del planeta en conjunto pero no sin la elección consciente de los habitantes terrestes hacia el bien. De nosotros depende lo que atraemos y construimos en la Tierra. El remodelado de adaptación de hace 7.000 años, a causa de la corrupción de los hombres y planetas circundantes, afectó el funcionamiento ecosistémico de la Tierra también. Sequías, terremotos, aguas, aires y espacios contaminados, plantas, animales e insectos venenosos son el resultado de la patología global espiritual de la humanidad. Por ello la Reina Celeste nos pide un cambio espiritual interior primero. El exterior cambiará en la medida de nuestra purificación interior.
La cima de la Montaña es la cabeza de Ahura Mazda en el que tiene una Corona-Arcoíris desde donde crea los mundos interminables. El buen padrecito se ha revelado como el pintor del mundo. Este Arcoíris Circular que hay en la cima de su cabeza son los espectros y gamas de las virtudes de Ardvishura Anahita. Vemos al hombre en el medio del circulo como es guiado de escalón en escalón por las beatitudes eucarísticas. Cada escalón tiene su gracia y ninguno es más importante que otro, todos conforman círculos concéntricos perpetuos que coronan la bondad infinita del Padre. El padre como pintor (Художник) es un – Duhovnic, creador de Espíritu Omnibueno que utiliza los colores de las virtudes de la Corona-Arcoíris para dar vida al hombre y al mundo. Sin las virtudes de la virginidad, bondad, pureza, sobriedad, paciencia, etc. no hay vida, no hay color.
Las tres montañas por las cuales paseaba Aníbal de Cartago desde pequeño son en realidad la Trinidad Luminosa que hoy padre Juan revela como los soles de la nueva Teocivilización: Las luces del Padre, la Madre y el Hijo inmaculados ya empiezan a brillar en el mundo como el nuevo Tálamo Teogámico.
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