Hoy en día, busca el arte espiritual
concentrarse en lo más actual.
Los espirituales no son gafotas con letra perfeccionada
ni maestros de escuela con autoridad limitada.
Los espirituales aman la libertad y son cordiales sobremanera.
Y de los fariseos sale con fuerza el rencor,
como petróleo de una cisterna.
Son arrogantes y con altanería suprema.
El espiritual no se jacta de sus dones ni de ser el primero.
Y aunque lo desprecia la raza farisaica de bandoleros,
es amante de la paz,
dispuesto a abrazar incluso a los reptiles bajos con apariencia humana, aprovisionándose del salterio por si acaso.
26.10.2012
0 comentarios